COMPROBADO
Andrés Jiménez: "En el tema de la verificación política, muchas veces no es
'o blanco, o negro', sino que hay distintos matices. Ahí es donde recae la decisión del periodista de juzgar cómo clasificar esa declaración"

Andrés Jiménez, durante un seminario internacional contra la desinformación en Brasilia (Brasil). Fuente: Andrés Jiménez (2019)
Para Andrés Jiménez, el fact-checking es una cualidad propia y esencial del periodista, pero reconoce la necesidad de proyectos que se dediquen exclusivamente a la desinformación, ahora que forma parte del día a día de cualquier usuario online. Para él, la comunidad es el pilar esencial de Maldita: no solo hacen llegar a los fact-checkers los bulos que circulan por Internet, sino que son los únicos que pueden evitar que una información falsa se viralice y promover el pensamiento crítico en sus círculos.
Cuando nos creemos una información falsa, no solo influye el contenido que se trate en ella, sino también a través de qué canal o de quién nos llega. Nuestros círculos familiares, nuestras amistades e incluso los usuarios de los que nos rodeamos en redes sociales, juegan un papel fundamental a la hora de que nos creamos o no un fake. Sin embargo, esta cercanía tiene un punto positivo: también puede ayudarnos a promover el escepticismo crítico. Al menos, esa es la apuesta de Andrés Jiménez, un joven periodista para el que la desinformación ha formado parte de su vocabulario desde el principio de su carrera profesional. No duda un segundo a la hora de achacar el éxito del fact-checking en Maldita a su comunidad de usuarios.
Jiménez, periodista de Maldito Bulo, una subdivisión de Maldita, también tiene experiencia en el fact-checking fuera de esta plataforma. Lo descubrió por primera vez en Facterbot, un proyecto cuyo objetivo fue crear un bot capaz de verificar la información que se compartía en Messenger. Ahora, defiende estos algoritmos desde la zona común de la sede de Maldita, un espacio donde las luces titilan y en el que su equipo se reúne para actualizar los proyectos en los que trabajan cada uno de sus equipos: Maldita Ciencia, Maldito Dato, Maldito Bulo, Maldita Migración, Maldito Feminismo y los que aún están por venir.
¿Qué tal ha sido el trabajo durante esta campaña para las elecciones generales? Ha sido una campaña muy intensa en todos los niveles, tanto en el de desinformación política, como por la parte de bulos que se han movido en redes y webs. La desinformación sobre temas políticos es la que más se ha intensificado. Ha sido mucho más partidista que temática.
¿Os cuesta más desmentir un bulo, o una información dicha por un político, que no es falsa, pero que ha sido utilizada a su
favor? En el tema de la verificación política, muchas veces no es 'o blanco, o negro', sino que hay distintos matices. Ahí es donde recae la decisión del periodista de juzgar cómo clasificar esa declaración. Pero en esta campaña, también hemos visto muchos bulos, por ejemplo, que no aportaban ninguna prueba. Nosotros podemos desmentirlos diciendo que no hay nada que demuestre que sean ciertos, pero no podemos dar ninguna prueba fehaciente de que sea así.
¿Cómo ha sido organizar a dieciséis medios de comunicación en torno a Comprobado? La verdad que ha sido difícil, pero creo que es un proyecto, aparte de innovador, único en la historia de España. Hay muchos proyectos o medios que sería impensable que, en un momento dado, colaborasen entre ellos. Por esa parte, yo creo que ha sido un éxito total. Hemos colaborado en bastantes desmentidos y nos hemos ayudado mutuamente. Tenemos una plataforma común a la que tenemos acceso los distintos medios. Cuando detectamos una posible desinformación relacionada con las elecciones, la subimos ahí. Después, todos vamos aportando nuestras pruebas. Cuando el que ha abierto la investigación piensa que ya se puede desmentir o sacar una conclusión, crea una cartela. Los otros quince medios deciden si se suscriben a esa cartela y entonces, se publica en su nombre.
¿Se mantiene, por tanto, la autoría de la persona o medio que ha hecho la verificación? Así es. Se ve quién lo ha publicado, pero con el beneplácito de los otros medios de comunicación.
Tal vez, me ha faltado en este proyecto algún medio de comunicación, sobre todo de prensa tradicional, que luego hemos visto que, sobre todo después de los debates, han publicado sus propias verificaciones. ¿Por qué no se unieron? Eso habría que preguntárselo a ellos. Estaban
Cuando Pedro Sánchez
se asoció con Arnaldo Otegi
Durante la campaña electoral de las elecciones generales, circuló por redes sociales una fotografía en la que aparecía un cartel electoral del PSOE con el rostro del coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, y una frase al lado que decía "Mi socio".
Comprobado trabajó para desmentir esa imagen. Para ello, la siguieron por redes sociales y encontraron distintas versiones de la misma fotografía, cada una manipulada de una forma diferente. Junto a otras redacciones, encontraron al usuario que había difundido el post original, quejándose de que otra gente le había robado la imagen.
En añadido, en las respuestas al post, varios usuarios le preguntaban si la fotografía era real, a lo que él respondía "ojalá".

Haz clic para aumentar. Fuente: @Daniel_Sanz_C
invitados. Vinieron a conocer el proyecto y si decidieron no formar parte, insisto en que habría que preguntarles a ellos. Evidentemente, el objetivo ahí era tener el mayor número de representantes. El hecho de que en el mismo proyecto, aparezcan medios de comunicación de una tendencia o de otra, refuerza el mensaje final del proyecto. Es más fácil que un medio independentista convenza a un independentista, que que lo haga el ABC.
¿Buscáis llegar a la gente que, por así decirlo, se mueve por tendencias más extremistas y que es más propensa de creerse un fake? Yo creo que la batalla está en la gente que no está convencida. El público de Maldita es esa gente que está en medio, que no está extremadamente polarizada y que de verdad, busca los hechos para formarse una opinión sobre lo que sea.
Sí, pero vivimos en una sociedad en la que la gente está cada vez más polarizada. ¿Cómo llegamos a ellos? Creando comunidad, por ejemplo. Si tú eres un independentista y a ti te viene un usuario que tiene en su perfil un lazo amarillo, con un enlace de Maldito Bulo y te dice 'oye, esto es falso'; ahí, es mucho más probable que esa persona, por mucho que nosotros lo hayamos publicado [la verificación], esté más de acuerdo o haga más caso al desmentido. Así, no solo te vas a dirigir a esa zona gris que no está muy polarizada y que, como dices, es poca. También vas a tener acceso a gente, públicos, totalmente opuestos.
Nosotros creemos que tener una comunidad fuerte y comprometida es crucial porque van a intentar, al menos, reducir uno de los principales riesgos de la desinformación, que es que se viralice mucho más que el propio desmentido. Si tú consigues una comunidad fuerte, ellos te van a ayudar a quizá, si no superarlo, a acercarte a eso. Al final, nosotros estamos en la redacción, pero si no fuera gracias a nuestra comunidad, que nos avisa de lo que está circulando y que ayuda a viralizar nuestros contenidos, Maldita no existiría.
"Nosotros creemos que tener
una comunidad fuerte y comprometida
es crucial porque van a intentar, al menos, reducir uno de los principales riesgos de la desinformación, que es que se viralice mucho más que el propio desmentido"
Entonces, como que abogáis por un método de trabajo como el que tenéis en Comprobado con el resto de medios de comunicación, ¿no? Exacto. El fact-checking, dentro del periodismo, es de lo más colaborativo. También incluso cuando hay alguna desinformación que circula por España de otro país. En esos casos, miramos en el IFCN los medios de fact-checking que hay en ese país y nos ponemos en contacto con ellos. No es que no nos fiemos de lo que nos vayan a decir, pero luego aun así, también llevamos a cabo una labor de verificación.
¿Concibes la plataforma de fact-checking como algo que se acabe fusionando con el periodismo, o lo ves como dos proyectos separados?
El fact-checking es periodismo a día de hoy. Es una cualidad periodística como cualquier otra y debería de ir dentro del perfil del periodista. Es básico. Más allá, es lógico que un medio que tenga más recursos se dedique a verificar en mayor profundidad.
Yo creo que había una demanda de un proyecto que se dedicara en 100% a la desinformación. Y no solo eso. Nosotros, aparte de proporcionar información, ofrecemos herramientas para que la gente, por su propia cuenta, aprenda a discernir entre lo que es real y lo que no. No solo somos un medio de comunicación, sino también un medio que fomenta la alfabetización mediática.
Es sorprendente como determinadas informaciones satíricas pueden llegar a la opinión pública. ¿Cómo lucháis contra ellas? Nosotros entramos a desmentirlas como cualquier otra desinformación. Nunca las calificamos de “satíricas”. Decimos que, según ellos, son una cuenta parodia. ¿Cómo las detectamos? Pues obviamente, mirando el nombre de usuario, entrando al perfil… Y, no es concluyente, pero muchas de estas cuentas describen, en su propio perfil, que son una cuenta parodia.
De todas formas, yo creo que, no el periodismo, sino parte de la sociedad, ve la desinformación desde un punto de vista elitista. La desinformación, si se mueve, es porque hay gente que se la está creyendo. Muchas veces, un Ministerio o un partido, se queja de que les preguntemos por según qué cosas. Nos dicen: 'oye, que no estamos para estas cosas', pero es muy importante porque, como dices, mucha gente se lo cree. Nosotros vamos a estar ahí, independientemente de lo que nos parezca una desinformación, para crear un ecosistema sano.
La desinformación ha existido siempre, pero parte de que ahora sea tan preocupante es por las redes sociales. ¿Crees que los gigantes tecnológicos deberían hacer más por luchar contra ella? Es cierto que en los últimos años ha encontrado [la desinformación] un altavoz tremendo en las redes sociales. Sí, hay cosas que hacer y estas plataformas tienen que mejorar en muchísimos aspectos, pero creo que Facebook, por ejemplo,
La metodología del "p'alante"
¿Cómo se verifica Maldita a sí misma?
Maldita tiene un grupo de Telegram donde realizan constantemente un fact-checking interno. En él, el verificador comparte el desmentido en el que ha estado trabajando para que el resto de miembros del equipo lo verifiquen: "¿cómo has llegado a esa conclusión", "¿con qué fuentes?", etc.
Una vez superada esta fase, varios miembros con derecho a voto (no todos lo tienen), deciden si votar o no a favor de que se publique ese desmentido: "necesitamos cuatro "p'alantes" para que se publique", explica Andrés Jiménez. "Es la metodología del "p'alante" que llamamos".
También existe el derecho a veto: "si una persona no ve ese desmentido por algún motivo, o no quiere que se publique porque le falta fundamento, puede vetarlo o llegar a un acuerdo".

Sede de Maldita en Madrid. Fuente: Andrés Jiménez (2019)
sí que está teniendo un impacto real sobre la desinformación. Su algoritmo le quita visibilidad a esas webs que comparten desinformación. Por muy polarizado que estés, si sigues a una página que comparte mucha desinformación y un medio de comunicación ha marcado sus publicaciones como no fiables, tú vas a dejar de verla con la frecuencia con la que la veías antes.
Ya solo queda encontrar todas esas páginas que difunden bulos online. (Se ríe) Es complicado, sí, pero para eso estamos. A día de hoy, respondemos a unas 250 consultas de Whatsapp y Facebook [diarias] y te puedo asegurar que en ambas plataformas hay gente de mil perfiles muy distintos: hay gente mayor, gente joven... Quizá sí que hay un sector de la sociedad de edad más avanzada que no está tan puesto por falta de recursos. Ahí, nosotros solemos entrar para decirles que estamos ahí para ayudarles a luchar contra la desinformación.

CONOCE A...
Dos plataformas de fact-checking de referencia en América Latina, un continente pionero en el fenómeno de la polarización y desconfianza mediática. A la cabeza, respectivamente, Laura Zommer, directora de Chequeado, y Tania L. Montalvo, coordinadora de Verificado.mx (web inactiva tras las últimas elecciones mexicanas de 2018) y editora general de Animal Político, un medio de comunicación del país bajo el que trabaja El Sabueso, su propia web de chequeos.
De la mano de Newtral, Ana Pastor, una de las caras más destacadas del periodismo actual en España, arrancó el primer proyecto de fact-checking en 2013 en su programa El Objetivo, cuando nadie más lo hacía en España. Fue una de las plataformas adheridas a Comprobado, el "Verificado.mx" de España en estas últimas elecciones generales. Andrés Jiménez, periodista de Maldito Bulo, una subdivisión de Maldita, nos cuenta la estrategia de trabajo de ambos proyectos de verificación.
"La desinformación, si se mueve, es porque hay gente que se la esta creyendo"